jueves, 16 de marzo de 2017

Carta abierta a los Orientadores de Neiva

Bogotá, Marzo 17 del 2017
Carta abierta  a  los Orientadores de Neiva
Has estado allí
             Les envío un caluroso saludo en su día, a la vez que resalto la  nobleza y la  importancia del rol que desempeñamos en nuestro compromiso con las comunidades educativas a las que pertenecemos por vocación, formación y decisión.
            Tu alta y especializada formación académica, necesaria pero  insuficiente, ha sido tu asidero para comprender y confrontar la realidad que siempre supera a  la fantasía, por eso hechas mano de tu fe. Tu fe religiosa o tu  fe en la vida misma, tu humanismo hecho acción ecléctica.
            Quiero decirte que estar en tus zapatos vale la pena. Vale la pena un trabajo mal remunerado y muchas veces  ingrato, solo por  el hecho de alguna vez, haber contribuido a salvar una vida, o reencausar un conjunto de decisiones  precipitadas, haber estado allí una vez para escuchar a quien no tiene nadie más que le escuche, defender a quien no tiene defensa, haber secado alguna vez una lagrima de algún estudiante que te consultaba u orientar a quien necesita encontrarle sentido a las consecuencias de una “noche de copas, una noche  loca”.
            Has estado allí  para  atender el sueño de algún niño que no podía con el efecto del ritalin en horas de clase o con el absurdo trasnocho al que fue sometido por sus padres o por la angustia de la espera de sus familiares tras las rejas de una ventana. Por supuesto que tiene sentido el solo hecho de estar allí para el otro, además de adelantar  un sinnúmero de actividades algunas veces sin mayor sentido  que el mero  asistencialismo instrumental, hacer solo por el hecho de hacer, por el simple hecho de cumplir.
            Has estado allí, porque tiene sentido cumplir una función social que nadie más puede o quiere hacer. Has llorado, yo sé has llorado en silencio, al saber de un  niño que clama por un simple “pancito” al desayuno o del desvanecimiento de otro que ya se “acostumbró” a no comer en casa. Has llorado al tener que entregar a un estudiante a las autoridades de protección del estado y le has visto partir en una patrulla policial.
            Has estado allí para ellos y seguirás estando allí. Y sé también que muchas veces nadie ha estado allí para ti. Al final de la jornada has partido sólo, solo con tus pensamientos con todas las emociones a flor de piel sin tener con quien compartirlas.
            Pero también sé que no todo ha sido tristezas. Muchas alegrías han pasado frente a tus ojos, muchas generaciones de estudiantes que reciben sus pergaminos, alcanzan sus sueños y regresan a buscarte para contarte sus alegrías. Has estado allí muchas veces invisible, otras veces muy presente recibiendo un abrazo en nombre del estado , la escuela , tal vez toda la sociedad que simplemente exige una excelente formación sin muchas veces dar lo necesario para ello.
 Has estado allí, vale la pena
                                                                                                                                    Gracias
 Amilkar Brunal
Orientación Educativa en Ámbito Escolar
                      


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